El pasado mes de diciembre durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, se llevó a cabo una conferencia sobre la adaptación del libro “100 años de Soledad” del escritor colombiano Gabriel García Márquez para adaptarla al guion y convertirla en una serie de Netflix.
En la conferencia estuvieron presentes la coordinadora general de guionistas Natalia Sarta y la guionista Camila Brugés quienes relataron la forma en la que llevaron poco a poco las letras y los acontecimientos de la novela a las pantallas de cine y televisión.
Durante su intervención Natalia Sarta señaló que: “tomamos lo esencial y lo más importante del libro para hacer la serie a 50 años de haberse escrito”. Y decidieron: “¿Cuáles personajes, qué momentos de la historia y de la trama son los que podrían darnos ese camino que queríamos contar, como por ejemplo el Coronel Aureliano Buendía que es un niño que hacía pescaditos de oro en su taller, luego se enamora de un amor imposible, luego se convierte en el líder de la revolución y luego se convierte en un tirano.
¿Cómo hacemos para mostrar eso que está en el libro en 300 páginas desperdigado? Ya que García Márquez en el libro no tiene una temporalidad lineal, entonces debimos convertirlo en un arco general que cualquier espectador que haya o no leído el libro, lo pudiera entender”.
“Hay cosas muy lindas en el libro que decíamos nos encanta pero no hay ese personaje, son 300 personajes y no puedes meterlos a todos. Entonces lo que hacíamos era darnos licencias dentro del mismo libro y del universo que García Márquez proponía, de cambiar cosas de lugar con los tiempos, porque una de las cosas más complejas es narrar el paso del tiempo de cien años, porque los actores empiezan niños, luego jóvenes, adultos y ancianos”.
“Había guiones que compartíamos con el equipo y había hasta 100 notas de revisiones, entonces hubo muchísimas reescrituras, porque una vez que estábamos de acuerdo, lo entregábamos y todavía le hacían falta muchas versiones”.
Durante su intervención Camila relató que: “Pasamos mucho tiempo hablando de qué era el realismo mágico, esta serie nos llevó a tener unas conversaciones contractuales super profundas y a llegar a unos acuerdos de qué significaba el realismo mágico. Entonces teníamos que entender de qué manera en el lenguaje cinematográfico podíamos construir unas imágenes o algunos momentos de ese realismo mágico. Nos preocupaba mucho llegar a mostrar cosas bonitas que parecieran de Harry Potter o que salieran de un universo muy fantástico, ya que creíamos que eso no era el realismo mágico de García Márquez”.
A la pregunta sobre la creación de Macondo, la guionista contestó que: “Macondo más que un trabajo de los guionistas, fue un trabajo del departamento de diseño y producción, a partir de la novela diseñaron ese Macondo físicamente; su trabajo es increíble porque son un equipo de ingenieros, arquitectos, artistas plásticos que ellos son quienes materializan los set para ampliarse en 100 años de historia”.
Nuestro trabajo y los debates en el cuarto de guionistas era acordar qué dejamos fuera, qué es importante, lo que para uno era relevante para otro no, y era un ejercicio de edición de tener un machete en la mano y ser muy agudas, ya que aunque teníamos 16 horas eran 100 años que teníamos que contar y muchos personajes, nomas de los Buendía eran más de 20, entonces teníamos que ser muy precisas y Natalia estaba con el machete diciendo “no, no poncha córtenle la cabeza”.