Cien años de Soledad es la serie latinoamericana más costosa de Netflix hasta el día de hoy, con un costo de 50 millones de dólares, lograron llevar a la pantalla de millones de televisores en todo el mundo la celebérrima novela del escritor Gabriel García Márquez que lo llevó hasta la Academia Sueca de las Letras para recibir el Premio Nobel de Literatura en 1982, por el realismo mágico narrado en el pueblo de Macondo fundado en la selva colombiana a mediados del siglo XIX, donde la familia Buendía estableció una patria invisible que hoy toma vida y se convierte en realidad, pudiéndola disfrutar a través de la magia cinematográfica de Netflix.
Dirigida por Alex García López y Laura Mora, la serie es producida por Dynamo filmada en Colombia en municipios como La Guajira, Magdalena, Cesar, Cundinamarca, Tolima, y el pueblo ficticio de Macondo fue construido cerca de Alvarado requiriendo la mano de obra de más de mil trabajadores para construir ese pedacito de patria.
La serie está protagonizada por Claudio Cataño, Marco González, Leonardo Soto, Susana Morales, Ella Becerra, Carlos Suárez, Moreno Borja y Viña Machado.
En declaraciones y entrevistas del director Alex García López en distintos medios de comunicación, uno de ellos en Casa de América, señaló que tiene muchos años trabajando con Netflix como director donde conoció a Francisco Ramos director para América Latina, quien lo llamó justamente en la pandemia y le dijo: “Tengo un proyectito que te va a gustar se trata de 100 años de Soledad”. Señala el director que: “Yo conocía el libro como todo latinoamericano, para mí fue un gran honor, volví a leer el libro en ingles y en español. Todos sabemos que esa novela se tradujo a más de 50 idiomas y se vendieron más de 50 millones de copias, el éxito no sólo era que fuera en Colombia y en el continente, sino también para el resto del mundo. Y así fue como empezamos a trabajar con Netflix y los guionistas. Fue un proceso muy largo y muy difícil porque es una novela muy tensa y muy extensa, fue un gran reto adaptar”.
Señala que fue muy difícil entender las frases y expresiones escritas en el libro, así mismo señala que la investigación más profunda que llegaron a hacer, fue cuando comenzó la guerra, haciendo referencia a la etapa violenta de Colombia como la “Guerra de los mil días” y ciertos momentos de la historia colombiana muy emblemáticos que García Márquez reinterpreta y adapta en el libro.
“En la primera parte de 8 capítulos –señala el director– pasan 50 años, cada capituló tiene un tema muy pronunciado como la llegada de la política, la religión, la guerra, el amor y la muerte”. “Es importante encontrar un balance y ser muy respetuosos y fieles a la novela… el formato literario es muy diferente al formato audiovisual, la gente puede imaginarse diferente a Macondo, o a Melquiades”.
Señala entusiasmado que: “Estas cosas te caen del cielo una vez en la vida y me dije voy a disfrutar, y mi objetivo fue capturar el tono del libro, todo puede cambiar pero el tono es muy particular y muy especial; es un libro absurdo, es gracioso, es violento, captura la cultura caribeña-colombiana de una forma única, es un libro que va a mil por hora, es una locomotora de una energía del Caribe tangible”.
El realismo mágico aunque se considera como un género o estilo, es una forma cultural de vivir el día cotidiano. El realismo mágico nace en el Caribe dado a la influencia de unas culturas como la indígena, García Márquez se crio en la casa de sus abuelos, había 3 empleados huasú, ésta tribu tiene creencias espirituales muy fuertes, como la Africana por la esclavitud y después la española como la religión que se agarra ese ejemplo de la biblia que Jesús muere y a los tres días resucita como Melquiades, entonces podríamos decir realismo mágico.
Todas esas creencias la gente de esa zona no lo ve como un género sino como una forma cotidiana de contar su vida, si en medio de la noche ven al espíritu de su abuela caminando por la casa que se hizo un café, dicen que por eso huele a café la casa.
Cuando se aparece Prudencio a quien Arcadio mata con una lanza, muy rápido nos hubiéramos ido a Harry Potter, nos hubiéramos ido a un fantasma que aparece con una aura y luces, nos pudiéramos haber ido al género de fantasía o te horror muy fácilmente, pero se le aparece un fantasma no para aterrorizarlos o para hacerles daño, sino de una forma melancólica porque esta triste y así lo filmamos de una forma muy sutil.
Toda la ejecución visual del realismo mágico fue de una forma muy sutil todo frente a la cámara no quise usar muchos efectos visuales, todo se hizo como un cinema de los 70 y 80´s.
